Hay dos espacios que habitualmente no se aprovechan para comunicar: las tarjetas personales y las facturas.
En lugar de utilizarlas como herramientas de marketing, en general se consideran como un contacto para la agenda en un caso y como un documento transaccional obligatorio en el otro.
¿Se podrían aprovechar mejor para hacer marketing?
En la columna de hoy te doy algunas pistas.
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