Son los empleados los que hacen especial a un servicio.
El principal factor que hace que los empleados tengan ganas de contribuir con la prestación de un servicio es la satisfacción con la tarea que realizan.
¿Cuánto influyen los empleados en los servicios?
¿Cuánto más producen los mejores empleados que los peores?
Algunas de estas respuestas y otras preguntas en la columna de hoy.
No es natural que los objetivos de los empleados estén alineados con los de la organización, y para contribuir a mejorar esa situación es que se desarrollan Planes de Incentivos, es decir, sistemas de retribución variable basados en el cumplimiento de objetivos.
¿Para qué sirven los planes de incentivos?
Para alinear los objetivos de los empleados con los objetivos de la empresa
Para motivar a los empleados a realizar mayor esfuerzo
Para compartir el riesgo de manera más eficiente.
Resumiendo muy brevemente las características básicas que tienen que tener esos sistemas de incentivos, podemos destacar:
Los empleados tienen que percibir que mediante sus habilidades pueden alterar el resultado, haciendo un mayor esfuerzo.
La retribución tiene que tener valor para el empleado.
No debe generar conflictos por buscar esta retribución adicional
La medición del rendimiento tiene que ser justa.
Pero aún haciendo bien los deberes, se puede generar el efecto contrario al esperado: ¡la desmotivación de los mejores empleados!
En el audio de la columna está ilustrado con un ejemplo para que se entienda claramente la idea.
Si querés ampliar lo presentado en la columna de hoy, te sugiero leer este artículo de Harvard Business School «How to demotivate your best employees«.
En las evaluaciones de desempeño que se hacen periódicamente en las empresas -y en otras instancias de la vida fuera de lo laboral también- es habitual que el evaluador realice un rápido repaso por las cosas que uno hace bien, para poder después explayarse con mucho detalle en las cosas que «deberíamos cambiar».
Supuestamente eso nos hace un favor porque resalta las «oportunidades de mejora» -ese es el eufemismo mediante el cual el Otro nombra las cosas que no le gustan del evaluado- y nos permite desarrollarnos en el camino hacia la excelencia.
Lo comento con un toque de ironía, porque entiendo que ese modelo lleva implícita la idea de que todos deberíamos recorrer más o menos el mismo camino, desarrollando más o menos las mismas habilidades, para poder ser más o menos intercambiables entre sí.
¿Cuanto más potente sería aprovechar al máximo las diferencias entre las personas que forman los equipos?
En esta columna les cuento más en detalle lo que pienso al respecto y, como siempre, uso varios ejemplos para ilustrarlo.
¿Y qué tiene que ver esto con el marketing? Se estarán preguntando…
También podemos sacar algunas conclusiones interesantes para que tengan en cuenta los emprendedores y profesionales.
Siempre pido comentarios, pero en esta columna en particular, me gustaría escuchar tu voz a favor o en contra.
«Qué pasa en mi Empresa que los colaboradores que antes eran una maravilla y me ayudaban en todo lo que yo necesitaba, ahora no me acompañan con los nuevos desafíos, y además ni siquiera hacen bien lo que siempre hacían?» es la pregunta que en algún momento se hacen todos los empresarios.
Evolución de las empresas y sus colaboradores
Cuando el emprendedor elige sus primeros colaboradores para llevar adelante su proyecto y convertirlo en una realidad, las primeras opciones con las que cuenta son aquellos que simplemente están cerca y en los que tiene mucha confianza.
Amigos, parientes y conocidos que con pocas palabras se contagian por la pasión y el espíritu del emprendimiento. Son seguidores “fieles” que actúan con una confianza plena, la misma que nosotros tenemos de nosotros mismos cuando comenzamos.
A medida que el negocio crece, al aumento de complejidad de la gestión se le suman las expectativas de desarrollo de los colaboradores.
Los empresarios esperan que ellos se desarrollen naturalmente -solos- y ellos esperan que les den autonomía. Nada de esto sucede sin un plan.
Las personas estamos motivadas a realizar cualquier tarea -pequeña o grande-, aún por poco dinero, siempre y cuando encontremos un sentido en lo que hacemos y seamos reconocidos por el trabajo realizado.
La percepción del significado en lo que se hace afecta la predisposición de las personas a trabajar.
Al menos eso es lo que demostró Dan Ariely en los dos experimentos de comportamiento que les presento en la columna de hoy.
Te invito a escuchar la columna y dejarnos tus comentarios.
Ya está en línea el nuevo encuentro de Marketing Club Social, el primer programa temático de marketing de la radio argentina, que conducimos y producimos en equipo con Claudio Darín.
Nos encontramos todos los lunes de 13 a 14 en UB 90.9 la Radio de la Universidad de Belgrano (también en vivo por internet).
MCS#5
Noticias: ¿el marketing nos lava el cerebro? / Divorcios express en supermercados / Absolut Kravitz Entrevista: Martín Pruzanski, Product Manager de Telefónica Negocios Mesa redonda: Endomarketing: ¿Cómo se hace marketing hacia adentro de la empresa? Tip: 8 claves para gestionar de forma efectiva las quejas en las redes sociales
Te dejamos el programa completo, para que lo escuches y nos hagas tus comentarios.
Es muy difícil conseguir clientes satisfechos y felices -que disfruten de la experiencia de comprar, consumir y recomendar los productos y servicios de una empresa- si los empleados están muy insatisfechos o enojados.
Y es todavía mucho más difícil si los mismos empleados recomiendan comprar en otra parte, como en el ejemplo de esta columna.
La verdad es que esta columna no salió muy bien al aire.
¿Viste cuando tenés una idea en la cabeza pero que al decirla sale distinto de como pensabas? Bueno, eso me pasó y dudé en subirla al blog, pero si es a partir de los errores cuando más aprendemos, seguramente con ésta aprendo mucho…
Algunas aclaraciones:
– El concepto central es que si los empleados no están motivados, no es una situación que se resuelva con capacitación. No es educando que se consigue mayor compromiso, sino pensando desde el punto de vista de los empleados y tratando de entender sus intereses.
– El reconocimiento debe ser verdadero
– Espero que se entienda la idea y no se enojen las maestras jardineras.
Si a pesar de toda esta introducción querés escuchar el audio de la columna, parafraseando a la filósofa argentina: «lo dejo a tu criterio»
Es habitual escuchar a líderes demandando compromiso y motivación a sus colaboradores, ¿tiene sentido hacerlo?
La motivación de los empleados es una respuesta a los estímulos que la compañía da y se construye a través de todas las experiencias vividas en una empresa.
De la misma manera que para la confianza, para generar el compromiso se requiere mucha consistencia en las acciones a lo largo del tiempo y en pocas acciones erróneas se puede echar a perder el trabajo de mucho tiempo.
Con Gabriel conversamos sobre este tema en Fuentes Confiables, retomando la charla de Endomarketing.
¿Puede haber clientes satisfechos en una compañía con empleados tristes?
Cuando comunicamos hacia adentro de la compañía, con los empleados como destinatarios, tenemos que tener muy claro cuáles son los intereses de nuestro público, al igual que en cualquier campaña de marketing externa.
Tratar de identificar qué cosa motiva más a los empleados es una pérdida de tiempo, ya que la mayoría de los empleados quiere «un montón» de cosas más, según se afirma en la bibliografía de estos temas, es incluso un trastorno psicológico querer solamente una única cosa, como ejemplo, el dinero, excluyendo todo lo demás.
En la columna de hoy presentamos un modelo de tres factores independientes que influyen en la motivación de los empleados.
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Saludos, Rodrigo Castiglione
rodrigo@castiglione.com.ar
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