Los que trabajamos en marketing desarrollamos nuevos productos, nuevas promociones, nuevas publicidades, nuevos avisos, nuevos procesos y sabemos que no es un tema fácil generar ideas creativas.
Usamos varias herramientas para favorecer el flujo de ideas, pero hay una que es la más conocida y la más utilizada: el brainstorming o tormenta de ideas.
¿Para qué se usa un brainstorming?
– Para resolver un problema cuya respuesta no aparece a simple vista.
– Para encontrar un nombre nuevo a un producto
– Para definir una frase creativa en un aviso
– Para elegir cuál va a ser el mensaje en una presentación
– Para generar muchas ideas sobre un tema
¿Cómo se hace un brainstorming?
Es ideal contar con un grupo de gente que se conozca y se tenga confianza. Que no tenga vergüenza de decir cualquier cosa que se le venga a la mente delante de los demás.
Si el equipo es muy grande se puede perder un poco el foco. Los más productivos en los que he participado son de 2 hasta 5 personas.
Es mejor si los participantes son de diferente perfil: uno muy metódico, otro más espontáneo, una persona de marketing, uno de sistemas…
Se necesita una pizarra y marcadores, muchos papelitos para anotar, una sala tranquila y media hora sin interrupciones.
Si el grupo no está muy entrenado se puede hacer una entrada en calor y se lanza una consigna que fomente el pensamiento divergente (pensamiento creativo).
Ejemplos:
– Decir en qué se parecen y en qué se diferencian un perro y un tobogán
– Encontrar 20 usos no convencionales de una guía telefónica.
Cuando está todo listo, se plantea el problema sobre el que se necesita generar muchas ideas novedosas.
Hay una regla de oro, que es la única regla que no puede romperse para que el brainstorming funcione: Nunca criticar las ideas que se generan.
Por todos los medios hay que evitar el impulso de juzgar las ideas. No se puede decir «eso ya lo hicimos y no anduvo», «ya dijeron que no», «no hay plata para eso», «eso no tiene nada que ver» o cosas similares.
Simplemente se anotan las ideas que vayan surgiendo en el proceso de asociación libre y se avanza sacando una idea tras otra.
Si en algún momento decae la energía creativa, se puede tomar una de las ideas que surgió y empezar a pensar alrededor de ella, como un nuevo disparador.
Después del tiempo previsto, volvemos a nuestro conocido mundo racional y analizamos las ideas que aparecieron. Se descartan ideas, se agrupan, se repiensan y finalmente se eligen las que mejor resuelven el problema.
Conclusiones:
El brainstorming o tormenta de ideas es muy útil para producir ideas creativas.
El riesgo más grande al usar esta técnica es que alguno de los participantes intente mostrar su inteligencia y critique las ideas de los demás cuando van surgiendo. Es fundamental que los otros integrantes le hagan notar esa actitud y de esa forma cuiden al grupo para que se pueda construir un ambiente informal y creativo.