El 4 de octubre pasado GAP cambió su marca gráfica en su página web sin previo aviso y a los 10 días tuvo que volver al logo anterior debido a la cantidad de comentarios negativos que hicieron sus clientes en las redes sociales.
Esto nos lleva a reflexionar: si GAP no pudo cambiar su logo de manera unilateral, ¿tiene la empresa actualmente el poder total para tomar decisiones sobre la marca? ¿Cuánto poder tienen los usuarios ahora conectados mediante redes sociales?
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